San Andrés Apóstol
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San Andrés Apóstol fue uno de los doce discípulos elegidos por Jesús para ser fundamento de su Iglesia. Es conocido como el “Protocletos”, es decir, el primer llamado, porque fue el primero en seguir a Jesús, según el Evangelio de San Juan. Hermano de Simón Pedro, su vida está marcada por la entrega generosa, la humildad, el celo misionero y un amor sin condiciones por Cristo.
Su nombre resuena con fuerza en la historia del cristianismo como testigo del Mesías, pescador de hombres, y mártir de la cruz.
Biografía de San Andrés Apóstol
San Andrés nació en Betsaida, a orillas del mar de Galilea. Era pescador, al igual que su hermano Simón Pedro. Antes de seguir a Jesús, fue discípulo de Juan el Bautista, y fue precisamente Juan quien lo señaló como “el Cordero de Dios”.
El Evangelio relata que, tras oír estas palabras, Andrés siguió a Jesús, se quedó con Él aquel día y luego fue a buscar a su hermano Pedro para decirle: “Hemos encontrado al Mesías” (Jn 1,41).
Desde ese momento, Andrés dejó las redes para convertirse en pescador de hombres. Estuvo presente en los principales momentos del ministerio de Jesús, escuchó su enseñanza, presenció sus milagros, y recibió la misión de ir y predicar el Evangelio a todas las naciones.
Después de la Ascensión del Señor y Pentecostés, la tradición cristiana indica que evangelizó Escitia, Tracia, Asia Menor y Grecia. Fue en Patras (Grecia) donde sufrió el martirio alrededor del año 60 d.C., durante la persecución del emperador Nerón. Según la tradición, fue crucificado en una cruz en forma de “X”, conocida hoy como la Cruz de San Andrés, por considerarse indigno de morir como su Maestro.
Sus reliquias fueron veneradas en Constantinopla y más tarde trasladadas a Amalfi, Italia. Hoy es considerado el patrono de Grecia, Escocia, Rusia, Rumanía y de los pescadores.
¿Cuándo se celebra San Andrés Apóstol?
La Iglesia celebra a San Andrés Apóstol el 30 de noviembre, fecha cercana al inicio del Adviento, un símbolo providente, pues él fue el primer en señalar la presencia del Mesías. Su fiesta marca el inicio de un nuevo año litúrgico en muchas tradiciones, especialmente en las Iglesias orientales.
En esta fecha, tanto católicos como ortodoxos lo veneran con gran solemnidad, viéndolo como puente de unidad entre Oriente y Occidente. Es uno de los santos más universales de la cristiandad.
Primer llamado, testigo eterno
San Andrés es el modelo del discípulo que no retiene la fe para sí, sino que la comparte inmediatamente. No guardó para sí el gozo de haber encontrado al Mesías: inmediatamente fue a buscar a Pedro, mostrándonos que la vocación cristiana es siempre misionera.
No se nos narra que haya sido el más elocuente o el más protagonista entre los Doce. Su santidad es más bien silenciosa, perseverante y sencilla. Fue quien llevó al niño con los panes y los peces a Jesús, quien preguntó por los griegos que querían verlo, y quien vivió su apostolado hasta el martirio, con fidelidad inquebrantable.
San Andrés nos enseña que no hay “discípulo secundario” en el Reino de Dios. Cada alma llamada por Jesús es preciosa, y su sí transforma la historia.
Oración a San Andrés Apóstol
Oh glorioso San Andrés, tú que fuiste el primer llamado por el Señor, tú que oíste la voz del Cordero y corriste tras Él con un corazón ardiente, escucha nuestra oración.
Tú que no dudaste en dejar tus redes, tu trabajo, tu mundo, por seguir a Cristo, enséñanos también a dejar lo que nos ata, y a seguir al Maestro con libertad y fidelidad.
Ruega por nosotros, apóstol valiente, para que no tengamos miedo de anunciar el Evangelio, incluso cuando sea difícil, incluso cuando implique la cruz.
Tú que llevaste a tu hermano Pedro a Jesús, intercede por nuestras familias, para que vivan en la fe, se ayuden a buscar a Dios, y sean hogar del Evangelio.
San Andrés, mártir de la cruz en forma de X, tú que abrazaste el dolor como camino de gloria, fortalece a los que sufren, a los perseguidos, y a todos los que desean vivir su fe con coherencia.
Ruega por la unidad de los cristianos, tú que eres amado tanto en Oriente como en Occidente. Que tu vida sea puente, tu sangre semilla, y tu oración consuelo.
San Andrés Apóstol, enséñanos a vivir como verdaderos discípulos del Señor. Amén.








