Santa Margarita de Escocia
Santa Margarita de Escocia fue una reina santa, esposa fiel, madre de ocho hijos, benefactora de los pobres y restauradora de la vida cristiana en su nación. En ella se cumplieron las palabras del Evangelio: “El que quiera ser grande, que sea el servidor de todos” (Mc 10,43). Su nobleza no fue solo de sangre, sino sobre todo de alma.
Vivió en un tiempo de cambios y conflictos políticos, pero supo gobernar con sabiduría, influir con dulzura y reformar con amor. Su vida es prueba de que la santidad no está reservada a los claustros, sino que puede florecer también en los palacios, si el corazón pertenece a Dios.
Biografía de Santa Margarita de Escocia
Santa Margarita nació alrededor del año 1046 en Hungría, donde su familia vivía exiliada tras la invasión danesa de Inglaterra. Era hija del príncipe inglés Eduardo el Exiliado y descendiente del rey sajón Edmundo Ironside. Fue criada en un ambiente profundamente cristiano, con gran formación intelectual y espiritual.
En 1057, su familia regresó a Inglaterra, pero tras la conquista normanda, tuvieron que huir nuevamente. En su viaje de escape hacia el continente, una tormenta desvió su barco a Escocia, donde encontró refugio en la corte del rey Malcolm III. El joven rey escocés quedó profundamente impresionado por su virtud y sabiduría, y la pidió en matrimonio.
Se casaron en el año 1070, y desde entonces, Margarita no solo se convirtió en reina, sino también en madre del pueblo escocés. Su esposo, de carácter más rudo, se dejó suavizar y evangelizar por su ejemplo, y juntos promovieron una reforma profunda en la vida moral y religiosa del reino.
Margarita restauró monasterios, reformó la liturgia, apoyó la formación del clero, defendió el ayuno y la confesión, y protegió a los pobres, viudas y huérfanos. Transformó el castillo en un hogar de oración y caridad. Todos los días atendía personalmente a los necesitados, y nunca comía sin antes haber alimentado a decenas de pobres con sus propias manos.
Murió el 16 de noviembre de 1093, pocos días después de enterarse de la muerte de su esposo y de uno de sus hijos en batalla. Su dolor fue inmenso, pero entregó su alma con paz, diciendo: “Señor, tú me diste a estos hijos, y ahora me los quitas. Bendito seas en todo.”
Fue canonizada en 1250 por el Papa Inocencio IV, y es una de las grandes patronas de Escocia, junto con San Andrés Apóstol.
¿Cuándo se celebra Santa Margarita de Escocia?
La Iglesia celebra la fiesta de Santa Margarita de Escocia el 16 de noviembre, aniversario de su tránsito al cielo. Esta fecha nos invita a contemplar la belleza de una santidad vivida en el corazón del mundo, con delicadeza, compasión y firmeza.
Es patrona de Escocia, de las familias numerosas, de las viudas, de las reinas católicas y de las mujeres cristianas en la vida pública.
Una reina con alma de santa
Santa Margarita vivió el Evangelio desde el trono. No fue una reina ambiciosa, sino una sierva de los pobres, una esposa amorosa, una madre ejemplar y una cristiana fervorosa. Su oración era constante. Leía diariamente las Escrituras, participaba en la misa con devoción, y tenía especial amor por la Eucaristía y la Virgen María.
Fue una verdadera “madre del pueblo”. Transformó a su esposo y a su entorno no con imposiciones, sino con la dulzura del ejemplo. Supo unir firmeza con ternura, liderazgo con humildad, poder con compasión. En su corte reinaba la virtud y la alegría cristiana.
Es modelo para todos los que tienen responsabilidades en la familia, en la Iglesia o en la sociedad, recordando que el poder auténtico se manifiesta en el servicio.
Oración a Santa Margarita de Escocia
Santa Margarita de Escocia, esposa fiel, madre generosa y reina de corazón humilde, tú que serviste a Dios en medio de las tareas del mundo, escucha nuestra oración.
Tú que transformaste un reino con tu ejemplo de fe, intercede por nuestras familias, por los gobernantes de nuestros pueblos, y por todos los que tienen autoridad, para que sirvan con justicia y compasión.
Enséñanos a vivir con sencillez, a cuidar de los pobres, a orar con perseverancia, y a poner a Cristo en el centro de nuestras decisiones. Que, como tú, sepamos encontrar a Dios en el deber de cada día, y amar sin medida a los que nos rodean.
Ruega por las madres que luchan por criar a sus hijos en la fe, por las mujeres que construyen paz en lo oculto, y por todos los que buscan servir al Reino desde lo pequeño.
Santa Margarita, reina del amor, haznos santos en lo cotidiano. Que tu ejemplo nos inspire a vivir con dignidad, alegría y entrega, hasta llegar al Reino eterno donde Cristo reina por los siglos. Amén.