Siete Santos Fundadores de los Servitas: Patronos de la Devoción Mariana y de la Vida de Servicio
Los Siete Santos Fundadores de los Servitas fueron un grupo de nobles florentinos que, en el siglo XIII, respondieron a una profunda llamada espiritual, dejando atrás su vida de comodidad y riqueza para dedicarse plenamente al servicio de Dios y a la devoción a la Virgen María. Sus nombres eran Bonfilio Monaldi, Bonayuncta Manetti, Amadeo degli Amidei, Uguccione degli Uguccioni, Sostegno Sostegni, Manetto dell’Antella y Alejo Falconieri. Estos hombres, movidos por una fe sincera y una fuerte inspiración divina, decidieron renunciar a sus posiciones sociales para dedicarse a una vida de oración, penitencia y humildad.
En 1233, se retiraron a las colinas de Monte Senario, cerca de Florencia, y fundaron una comunidad en la que se dedicaron a vivir en pobreza y simplicidad, imitando la vida de los primeros cristianos. Esta comunidad se convertiría en la Orden de los Siervos de María, también conocida como los Servitas, una orden religiosa que desde sus inicios promovió la devoción mariana y el espíritu de servicio a los necesitados. Bajo la protección de la Virgen María, estos hombres llevaron una vida de contemplación y mortificación, consagrando sus días a la oración, la meditación y la ayuda a los pobres y enfermos.
Uno de los aspectos distintivos de los Servitas fue su especial devoción a la Virgen de los Dolores. Inspirados por la compasión de María al pie de la cruz, buscaron acompañar a los que sufrían, ofreciendo apoyo espiritual y consuelo. Esta misión se expandió y, con el tiempo, la Orden de los Servitas se extendió a diversas partes de Europa, llevando el mensaje de amor y servicio de María a comunidades necesitadas.
Los Siete Fundadores fueron beatificados y canonizados juntos en reconocimiento de su vida ejemplar de fe, sacrificio y devoción a la Virgen. Su legado de humildad, oración y dedicación a los demás continúa vivo hoy en la Orden de los Servitas, que sigue siendo un refugio para quienes desean vivir una vida consagrada a María y al servicio de la humanidad.
¿Por Qué se Celebra el Día de los Siete Santos Fundadores?
El 17 de febrero se celebra el día de los Siete Santos Fundadores de los Servitas, una festividad que honra su vida de entrega y amor a la Virgen María, así como su contribución a la vida religiosa. Esta celebración recuerda el ejemplo de fidelidad y humildad de estos hombres, que renunciaron a todo para servir a Dios y extender la devoción mariana. En este día, la Iglesia invita a los fieles a seguir su ejemplo de vida sencilla y devota, buscando en la Virgen María una guía y protectora en el camino espiritual.
Los Siete Santos Fundadores de los Servitas representan el ideal de consagración total a Dios y a María. Su festividad es también una oportunidad para recordar la importancia de la vida de oración y el servicio a los más necesitados, como pilares fundamentales de la espiritualidad cristiana.
Oración a los Siete Santos Fundadores de los Servitas
Oh gloriosos Siete Santos Fundadores, que en humildad y obediencia respondieron al llamado de Dios, dejando atrás toda comodidad y riqueza para servir con devoción a la Virgen María y a la Iglesia, intercedan por nosotros. Ustedes, que renunciaron al mundo para vivir en oración y contemplación, guíennos hacia una vida de entrega y sacrificio en el nombre de Cristo.
Santos Fundadores, ustedes que con fe inquebrantable abrazaron la pobreza y el servicio, inspiren en nosotros un corazón sencillo y generoso. Enséñennos a vivir con la misma devoción que los impulsó a fundar la Orden de los Servitas, y a buscar en María nuestra Madre y Protectora. Que sus oraciones nos ayuden a encontrar paz en la oración y fortaleza en el sacrificio, y que podamos aprender a ver en el sufrimiento de los demás una oportunidad para amar como María nos enseñó.
Bajo su guía y ejemplo, Santos Fundadores, ayúdennos a recorrer el camino de la humildad y a vivir con gratitud, confianza y esperanza en la gracia de Dios. Que la luz de su fe ilumine nuestras vidas y nos acerque al corazón de Cristo y de Su Santísima Madre.
Amén.