San Saturnino
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San Saturnino fue un obispo y mártir del siglo III, considerado uno de los primeros evangelizadores de la Galia romana, especialmente de la región de Toulouse, en el sur de Francia. Su testimonio de fe, su caridad pastoral y su martirio violento lo han convertido en símbolo de valentía cristiana y fidelidad al Evangelio, incluso frente a la persecución y el rechazo más radical.
A él se le atribuye el inicio de la Iglesia en Toulouse, y su figura brilla entre los grandes santos misioneros que dieron su vida sembrando la Palabra en tierra pagana.
Biografía de San Saturnino
La vida de San Saturnino está envuelta en la historia sagrada de la primera expansión del cristianismo en Occidente. Nació probablemente en el siglo III, en tiempos del emperador Decio, y fue enviado desde Roma como obispo misionero a la Galia, para anunciar a Cristo en regiones aún no evangelizadas.
Al llegar a la ciudad de Tolosa (Toulouse), encontró una población dominada por el culto a los dioses romanos y las supersticiones locales. Con valentía, Saturnino comenzó a predicar a Cristo en plazas, casas y templos, convirtiendo a muchas almas con su palabra y su testimonio.
Sin embargo, su negativa a participar en los sacrificios paganos provocó la ira de los sacerdotes locales, quienes lo acusaron de haber ofendido a los dioses y de provocar que los oráculos guardaran silencio ante su presencia.
La leyenda más antigua, recogida en el llamado Passio Sancti Saturnini, relata que los paganos, llenos de furia, lo arrastraron por las calles atado a la cola de un toro salvaje, que descendía desde el templo del Capitolio (donde hoy se encuentra la basílica de San Sernin), provocándole una muerte cruel y sangrienta.
Su cuerpo fue recogido en secreto por dos piadosas mujeres cristianas, Santa Puella y Santa Austricliniana, quienes lo sepultaron con veneración. Más tarde, sobre su tumba se levantó una de las iglesias más grandes y antiguas de la cristiandad: la Basílica de San Sernin de Toulouse, meta de peregrinación durante siglos.
¿Cuándo se celebra San Saturnino?
La Iglesia celebra la memoria de San Saturnino el 29 de noviembre, fecha de su martirio ocurrido alrededor del año 250. Su testimonio es una joya de los primeros siglos del cristianismo, y su memoria ha sido especialmente venerada en Francia, España y el sur de Europa.
En Pamplona y Navarra, San Saturnino es conocido como San Cernin, y es considerado uno de sus santos patronos. En Toulouse, sigue siendo el padre espiritual de una comunidad que se sabe heredera de su sangre y de su cruz.
Mártir del coraje y de la misión
San Saturnino representa la figura del obispo misionero que, en medio del paganismo hostil, no duda en dar la vida por el nombre de Jesús. No buscó la gloria ni el reconocimiento humano: solo deseaba llevar a Cristo a todos los rincones de la tierra.
Su martirio es uno de los más impactantes de los primeros tiempos: ser arrastrado por una bestia furiosa mientras se le arrancaba la carne, sin renegar de la fe, sin gritar, sin retroceder. Fue una ofrenda silenciosa, un canto de fidelidad grabado en las piedras y las calles de Toulouse.
El recuerdo de San Saturnino nos interpela: ¿cómo vivimos nuestra fe? ¿Estamos dispuestos a asumir la cruz con valentía? ¿Predicamos a Cristo aunque sea incómodo o peligroso?
Él nos muestra que la sangre de los mártires es la semilla más fecunda de la Iglesia.
Oración a San Saturnino, mártir de Toulouse
San Saturnino, testigo fiel de Cristo, tú que diste tu vida por amor al Evangelio, escucha nuestra súplica.
Tú que fuiste enviado a sembrar la fe entre paganos y moriste atado a un toro por confesar el nombre de Jesús, enséñanos a vivir nuestra fe con valentía, sin miedo ni vergüenza.
Intercede por los pastores de la Iglesia, para que sean como tú: firmes, humildes, valientes y dispuestos a darlo todo por el rebaño.
Ruega por los cristianos perseguidos, por los que son juzgados por su fe, por los que deben enfrentarse al mundo con la fuerza del Espíritu.
Oh mártir glorioso, tú que fundaste con tu sangre la Iglesia de Toulouse, derrama sobre nosotros tu intercesión, y haz que nuestras vidas también sean testimonio del amor que no muere.
San Saturnino, ruega por nosotros, para que nunca nos falte la fe, ni el coraje, ni el deseo ardiente de llevar a Cristo a todos. Amén.








