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De la emoción a la palabra: Cómo la comunicación transforma nuestras relaciones

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Todos sentimos: miedo, alegría, tristeza, enojo, pues las emociones son parte de nuestra vida, pero muchas veces se quedan atrapadas dentro de nosotros. Y cuando no encuentran salida, se convierten en silencios, malentendidos, o incluso en conflictos.

La clave, esta en pasar de la emoción a la palabra, por eso es importante reconocer lo que sentimos, y aprender a expresarlo de forma clara, y respetuosa. Es ahí donde la comunicación se convierte en mucho más que un simple intercambio de palabras, se transforman en un puente que nos conecta, nos alivia, y nos ayuda a sanar… ¡la comunicación transforma!

“Toda crítica, juicio, diagnóstico y expresión de ira es la trágica expresión de una necesidad insatisfecha.” — Marshall Rosenberg

La emoción busca un canal

 Las emociones funcionan como señales internas, que nos avisan algo importante, ya sea miedo para protegernos, alegría para acércanos, o la tristeza para pedir apoyo. Sin embargo, si no somos capaces de comunicarlas, estas se quedan atrapadas y empiezan a desgastarnos por dentro.

Expresarlas de forma adecuada no solo libera tensión emocional, sino que también ayuda a que los demás comprendan lo que nos pasa. No es lo mismo gritar desde la ira, que comunicar “Estoy molesto, porque necesito que me escuches”.

La comunicación nace justo ahí: en la necesidad de darle voz a lo que vive dentro de nosotros. No se trata solo de hablar para que nos oigan, sino de comunicarnos para ser comprendidos y, en ese proceso, aliviar las cargas invisibles que llevamos.

Comunicación emocional, puente hacia los demás    

Para algunas personas, hablar sobre lo que sentimos es un signo de debilidad, pero no es así, saber hablar sobre lo que sentimos, no es por ningún motivo debilidad, es madurez emocional. Nombrar lo que nos sucede, nos ayuda a comprender de una mejor manera nuestras propias emociones, y al expresarlas, le damos al otro la oportunidad de que pueda comprendernos, y que se acerque a nuestro mundo interior, y puedan de esa manera acompañarnos.

Comunicación emocional: Mucho más que hablar

A veces creemos que comunicarnos es simplemente decir lo que pensamos. Pero comunicar las emociones, requiere un ingrediente extra: Valentía. No es la valentía de gritar con mas fuerza, si no la de mostrarnos como somos, vulnerables.

  • Decirle a un hijo: “Entiendo tu enojo”, en lugar de “Cálmate ya”, esto puede abrir la puerta a esa confianza que los padres buscan construir con sus hijos.
  • Mirar a tu pareja y atreverte a decir “me dolió tu silencio”, puede evitar que se cree un muro entre ustedes, un muro que, si no se rompe, se puede volver costumbre.
  • Decirle a un amigo “Siento que nos estamos alejando, y extraño como solíamos hablar”, en lugar de fingir que nada pase. Esto puede abrir la posibilidad de mejorar el vínculo, actuar antes de que sea tarde, y que la distancia se convierta en un silencio definitivo.

Si, la comunicación emocional es un acto vulnerable, mostrar lo que sentimos, escuchar lo que el otro siente, y no huir de esa verdad.

Comunicación que transforma la autoestima

La manera en que nos comunicamos con los demás, moldea la forma en que nos vemos a nosotros mimos.

Un niño que crece en un hogar donde lo escuchan, donde su opinión y su palabra es válida, desarrolla un autoconcepto positivo. Aprende que su voz vale, y que sentir es legítimo. En cambio, cuando se minimizan sus emociones con frases como, “no llores por tonterías” “estás exagerando”, ese niño aprenderá a callar, y con el tiempo puede llegar a creer que sus emociones no merecen ser compartidas.

La comunicación, entonces, no solo es puente hacia afuera, también es espejo hacia adentro. Las palabras que recibimos de otros de convierte en la voz con las que nos hablamos a nosotros mismos. ¡la comunicación transforma!

la comunicación transforma, Two women engaging in a professional conversation over coffee and notes.
Fuente: Pexels

Comunicación como tejido social

No solo hablamos de familia, o de pareja. La comunicación sana tiene un gran impacto colectivo.

Una comunidad que sabe dialogar evita conflictos que son innecesarios, construye acuerdos, y genera redes de apoyo.

Por ejemplo, los silencios prolongados en una organización pueden convertirse en rumores que desgastan. En cambio, la comunicación abierta, clara, crea confianza, y la confianza es el cemento de cualquier relación humana, desde la más intima hasta al más social.

La comunicación que sana no es un lujo, es una necesidad de convivir con tranquilidad.

Hablar y escuchar con el corazón, es un acto de cuidado. No es el hecho de hablar más, es el hecho de hablar mejor, con empatía, con respeto, con autenticidad. La próxima vez que sientas una emoción intensa, recuerda que:

La emoción es la semilla, la palabra es el agua, y la comunicación es la luz. Solo juntas hacen que algo florezca. Al final, la comunicación no es solo transmitir información, es transformar emociones en encuentros humanos. Y en ese encuentro sanamos.

Mensaje para ti

Tus palabras son más poderosas de lo que imaginas. Lo que dices puede ser un puente o un muro, un abrazo o una herida. No olvides que tu voz tiene la capacidad de sanar, pero también de romper. ¡la comunicación transforma!

No temas hablar de lo que sientes, aunque parezca difícil. A veces, una conversación honesta puede salvar una relación, fortalecer un vínculo, o devolvernos la calma. Y recuerda, que el silencio puede alejar, pero la comunicación siempre abre la posibilidad de volver a encontrarnos.

“Ámate a ti mismo, exprésate a ti mismo.” — Kim Nam-Joon

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