Conversión de San Pablo, Apóstol: Apóstol de los Gentiles
San Pablo, originalmente conocido como Saulo de Tarso, nació en el siglo I en Tarso, una ciudad de Cilicia (actual Turquía). Proveniente de una familia judía farisea y ciudadano romano, Saulo fue un ferviente perseguidor de los cristianos. Su vida cambió radicalmente en el camino a Damasco, donde tuvo una visión de Jesucristo resucitado.
Según los Hechos de los Apóstoles, mientras viajaba a Damasco para arrestar a los seguidores de Jesús, una luz del cielo lo rodeó y cayó al suelo. Escuchó una voz que le decía: «Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?» Cegado por la luz, fue llevado a Damasco, donde recuperó la vista gracias a Ananías, un discípulo cristiano. Este evento marcó su conversión al cristianismo y su transformación en Pablo, el Apóstol de los Gentiles.
Después de su conversión, Pablo se dedicó a predicar el Evangelio por todo el Imperio Romano, fundando comunidades cristianas y escribiendo cartas (Epístolas) que forman parte del Nuevo Testamento. Su influencia en la expansión del cristianismo y en la teología cristiana es incalculable.
¿Por qué el 25 de enero?
La fecha del 25 de enero se celebra en honor a la Conversión de San Pablo porque, según la tradición, este fue el día en que tuvo lugar su visión en el camino a Damasco. La Iglesia Católica conmemora esta fecha para recordar su transformación y su papel crucial en la difusión del cristianismo.
Oración a San Pablo, Apóstol
Oh glorioso San Pablo, apóstol de los gentiles, que con tu conversión y tu vida de entrega total al Evangelio nos enseñaste el poder transformador de la gracia de Dios, te pedimos que intercedas por nosotros ante el Señor. Ayúdanos a seguir tu ejemplo de fe y valentía, y a ser testigos fieles del amor de Cristo en el mundo. Que tu espíritu de servicio y tu dedicación a la verdad nos inspiren a vivir una vida de entrega y santidad. Amén.
San Pablo, apóstol de los gentiles, ruega por nosotros.