Oración para encontrar la vocación y misión personal

Oración para encontrar la vocación y misión personal

Loading

Hoy nos reunimos con un anhelo profundo: descubrir cuál es la vocación y misión que Dios ha puesto en nuestro corazón. En un mundo lleno de ruido, dudas y opciones, necesitamos hacer silencio interior para escuchar la voz del Padre que nos llama con ternura.

Muchos buscan sentido, dirección y propósito. Pero la verdadera misión no es algo que inventamos, sino algo que descubrimos en la oración, en el servicio, y en el amor. Orar por nuestra vocación es reconocer que no estamos aquí por casualidad, que cada talento, cada herida, cada sueño y cada batalla es parte de un plan eterno.

Hoy, pongamos nuestras vidas en las manos de Dios, pidámosle que nos hable al corazón, que nos muestre su camino… y que nos dé la valentía de seguirlo.

Antes de iniciar, te invito a formular tus intenciones personales. Pide por ti, por un ser querido que esté en búsqueda, por los jóvenes, por los llamados al sacerdocio, por las familias, por quienes están en crisis vocacional.

Muéstrame tu Camino, Señor

Oración para encontrar la vocación y misión personal 

Señor mío y Dios mío,
creador de mi alma y escultor de mi historia,
vengo ante Ti con el corazón abierto,
anhelando descubrir el sentido profundo de mi vida.

Tú me conoces desde antes que yo existiera.
Me tejiste en el vientre de mi madre,
y me llamaste por mi nombre con amor eterno.
Sé que tengo una misión…
aunque a veces no la comprendo,
aunque me asusta,
aunque me pierda en caminos que no son tuyos.

Hoy me detengo, Señor,
me silencio y te digo:
habla, que tu siervo escucha.

Muéstrame qué deseas de mí.
¿Dónde quieres que sirva?
¿A quién me envías?
¿Cuál es el lugar donde florecerá mi corazón?

Quita de mí el miedo al compromiso,
la parálisis de la indecisión,
la ceguera del egoísmo.
Y dame en cambio valentía para dar pasos,
claridad para discernir,
y fidelidad para seguirte aunque no entienda todo.

Enséñame que la vocación no es solo un título o una carrera,
sino una forma de amar.
Que la misión no siempre es grandiosa a los ojos del mundo,
pero sí a los ojos del cielo.

Si me llamas a formar una familia,
hazme constructor de hogar.
Si me llamas a la vida consagrada,
hazme lámpara encendida por Ti.
Si me llamas al servicio,
hazme servidor con manos de ternura.
Y si aún no lo veo claro,
regálame paz en la espera y fe en la oscuridad.

No quiero vivir para mí.
Quiero vivir para Ti.
Que mi vocación no sea un peso,
sino un canto.
Que mi misión no sea una obligación,
sino una respuesta de amor.

Señor, aquí estoy.
Amén

Publicaciones Similares