Oración para pedir dirección en la toma de decisiones

Oración para pedir dirección en la toma de decisiones

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En medio de las incertidumbres, los caminos que se bifurcan y las decisiones que nos pesan, Dios nos invita a detenernos, respirar y escuchar Su voz.

Cada decisión, por pequeña o grande que sea, tiene el poder de transformar nuestro rumbo, afectar a quienes nos rodean y tocar nuestro destino eterno. Por eso, buscar la dirección de Dios no es un acto de debilidad, sino un acto de sabiduría y humildad.

Hoy, queremos poner nuestras decisiones bajo Su mirada amorosa, pedir que Su Espíritu Santo sea brújula y consuelo, y que la luz de Cristo ilumine los caminos oscuros de la duda.

Te invito ahora a disponerte al silencio interior. Cierra los ojos, respira profundo y formula en tu corazón la intención que hoy traes a esta oración.
¿Qué decisión estás enfrentando? ¿En qué aspecto de tu vida necesitas claridad?

Tómate un momento. Dios está aquí.

Oración para pedir dirección en la toma de decisiones

Señor Dios,
Padre de Sabiduría Infinita,
me presento ante Ti con el corazón abierto,
con el alma llena de preguntas,
y los pasos detenidos ante la encrucijada.

Tú conoces mi historia,
mis miedos, mis anhelos,
y las decisiones que hoy debo tomar.

No quiero moverme sin Ti,
no quiero elegir desde el orgullo o el impulso,
sino desde la paz que viene de saberme guiado por Tu voluntad.

Señor, ilumina mi entendimiento.
Hazme ver con claridad lo que está nublado por la duda.
Dame la fuerza para renunciar a lo que no viene de Ti
y el coraje para seguir el camino que, aunque difícil, conduce a la vida verdadera.

Espíritu Santo,
ven con Tu luz,
penetra mi mente,
enciende en mi corazón el fuego del discernimiento.

Hazme comprender que no toda opción fácil es buena,
ni toda opción difícil es mala.
Enséñame a escuchar Tu voz en el silencio,
en los signos que pones en el camino,
en los consejos sabios de quienes me aman.

Señor, si esta decisión es para mi crecimiento, confírmala.
Si me aleja de Ti, detenla.
Hazme dócil, aunque me cueste.
Hazme obediente, aunque no entienda.

Te entrego mis planes, mis expectativas, mis sueños,
y los dejo en Tus manos como una ofrenda humilde,
confiando en que Tú sabes mejor que yo
lo que me conviene para alcanzar la plenitud de la vida en Ti.

Te consagro mi voluntad.
Te consagro este momento de elección.
Que no se haga mi querer,
sino el Tuyo.

Amén

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