Oración por la fidelidad en el matrimonio
Hoy elevamos nuestra voz al cielo por una realidad profundamente sagrada: el matrimonio. Oramos por la fidelidad en el matrimonio, por los esposos que han sido llamados a vivir su amor como un reflejo del amor eterno de Dios.
El matrimonio no es sólo un pacto humano, sino un sacramento: una alianza sellada por Dios, en la que dos personas se entregan mutuamente para caminar juntos, sostenerse, perdonarse y crecer en el amor.
Sin embargo, en un mundo herido por el egoísmo, por el individualismo, por el rechazo al compromiso, esta unión sagrada también enfrenta grandes pruebas. La fidelidad se ve atacada, y muchos matrimonios sufren rupturas dolorosas.
Por eso oramos hoy, con todo el corazón, para que el Señor fortalezca a los esposos, para que renueve su amor, los sostenga en las dificultades, y los ayude a vivir con respeto, entrega mutua, perdón y fidelidad
Oración por la fidelidad en el matrimonio
Señor, Dios de Amor eterno,
fuente de toda fidelidad y ternura,
hoy te presentamos a todos los esposos del mundo.
Tú que los has llamado a vivir una alianza sagrada,
bendice su entrega, fortalece su unión
y aviva en ellos el fuego del amor verdadero.
Tú sabes, Señor, lo difícil que a veces se hace amar:
cuando el cansancio pesa,
cuando el corazón se enfría,
cuando las heridas del pasado afloran.
Pero Tú también sabes cuánto puede florecer el alma
cuando dos personas se deciden a caminar juntas,
a mirarse con misericordia,
a abrazarse en el perdón,
a elegir cada día el amor.
Hoy te pedimos por la fidelidad en el matrimonio.
Que los esposos recuerden la promesa hecha ante Ti,
no como una obligación,
sino como un acto de libertad,
como un reflejo de tu amor que nunca abandona.
Sostén a quienes sienten que su amor se apaga.
Sana a quienes han sido heridos por la traición.
Anima a quienes viven momentos de sequedad.
Y protege a quienes hoy están comenzando su camino de unión.
Dales el don de la paciencia,
el valor del perdón,
la ternura en la palabra,
y la humildad para pedir ayuda cuando ya no pueden más.
Haz que el respeto mutuo sea su lenguaje cotidiano,
que la confianza sea su escudo,
y que Tú, Señor, seas siempre el centro de su hogar.
Que su amor no sea una emoción pasajera,
sino una decisión renovada cada día.
Que vivan su unión como testimonio para el mundo,
de que el amor verdadero existe,
y de que es posible vivirlo con fidelidad,
con entrega, y con alegría profunda.
Señor, bendice a los matrimonios,
para que sean luz en medio de tanta oscuridad,
esperanza en medio de tanto escepticismo,
y hogar seguro para los hijos que nacen de ese amor.
Enséñanos que la fidelidad no es rigidez,
sino libertad profunda nacida del amor.
Y que así como Tú eres fiel a tu pueblo,
también nosotros sepamos ser fieles a nuestras promesas,
en lo pequeño y en lo grande,
en la salud y en la enfermedad,
en la alegría y en el dolor.
Amén.
