Santa Coleta de Corbie: La Reformadora de las Clarisas
Santa Coleta de Corbie, conocida por su profunda vida de oración, penitencia y su papel como reformadora de la Orden de las Clarisas, es un modelo de humildad y fidelidad al Evangelio. Nacida en el siglo XIV, dedicó su vida a renovar el espíritu de pobreza y simplicidad inspirado por Santa Clara de Asís. La Iglesia la celebra cada 6 de marzo, recordando su testimonio de santidad y amor por la Eucaristía.
Primeros años y vocación
Santa Coleta, cuyo nombre original era Nicoletta Boillet, nació el 13 de enero de 1381 en Corbie, Francia. Era hija de un carpintero que trabajaba en la abadía benedictina local. Sus padres, profundamente religiosos, la consagraron a Dios desde el momento de su nacimiento, tras haber esperado muchos años para tener un hijo.
Tras quedar huérfana a los 18 años, Coleta comenzó a discernir su vocación. A pesar de recibir numerosas propuestas de matrimonio, decidió dedicar su vida completamente al Señor. Ingresó inicialmente en la orden de las Beguinas y más tarde vivió como ermitaña bajo la dirección espiritual de los franciscanos. En este periodo, adoptó una vida de estricta austeridad y oración, creciendo en santidad y en su amor por Cristo.
La llamada a la reforma
En un tiempo en el que la vida religiosa enfrentaba desafíos como la relajación de las reglas monásticas, Coleta sintió un llamado especial a restaurar la pureza original de la Regla de Santa Clara de Asís. En 1406, recibió una visión de San Francisco, quien le pidió reformar la Orden de las Clarisas para devolverle su esencia de pobreza y simplicidad.
Con el apoyo del Papa Benedicto XIII, Coleta se convirtió en la reformadora oficial de las Clarisas. Fundó varios monasterios en Francia y Borgoña, donde implementó la «Reforma Coletina», centrada en la estricta observancia de la pobreza absoluta, la clausura y la vida contemplativa. Sus esfuerzos dieron frutos duraderos, y su reforma fue adoptada por numerosos conventos en toda Europa.
Una vida de milagros y humildad
Santa Coleta se distinguió por su profunda humildad y su don de profecía. A menudo decía que no era ella quien dirigía la reforma, sino Dios obrando a través de ella. También se le atribuyen numerosos milagros, tanto durante su vida como después de su muerte.
Entre sus milagros más conocidos, se relata la resurrección de un niño muerto y la multiplicación de alimentos para sus hermanas religiosas y los pobres. Además, su amor por la Eucaristía fue tan intenso que pasaba largas horas en adoración, experimentando frecuentes éxtasis místicos.
Muerte y canonización
Santa Coleta falleció el 6 de marzo de 1447 en su convento de Gante, Bélgica. Fue canonizada por el Papa Pío VII en 1807, quien reconoció su papel esencial en la revitalización de la espiritualidad franciscana y su testimonio de santidad.
Sus reliquias se veneran en Poligny, Francia, donde los fieles acuden para pedir su intercesión. Es considerada patrona de las mujeres que desean tener hijos, debido a las muchas oraciones respondidas por su intercesión en este aspecto.
La celebración del 6 de marzo
El día de Santa Coleta es una oportunidad para reflexionar sobre el valor de la humildad, la penitencia y el compromiso con la fe en tiempos de crisis. Su vida nos recuerda que, con confianza en Dios, es posible traer renovación espiritual incluso en los momentos más difíciles.
Oración a Santa Coleta de Corbie
Oh gloriosa Santa Coleta,
sierva fiel de Cristo y reformadora de la Iglesia,
tú que viviste en la pobreza, la humildad y la oración,
y trabajaste incansablemente para restaurar la pureza
y el fervor en la vida religiosa.
Intercede por nosotros,
para que podamos vivir con un corazón sencillo,
abrazando las cruces de nuestra vida con confianza en Dios.
Enséñanos a buscar a Cristo en la Eucaristía
y a servir a los demás con amor generoso y desinteresado.
Patrona de las mujeres que esperan el don de la maternidad,
ruega por ellas, para que reciban la gracia que anhelan
y puedan experimentar la alegría de la vida nueva.
Santa Coleta, ejemplo de santidad y reforma,
guíanos en nuestro camino hacia el cielo
y fortalécenos en nuestra fe.
Amén.