San Antonio de Padua, ABC para el alma

San Antonio de Padua, protector de los objetos perdidos y de las causas difíciles

¿Alguna vez has perdido algo importante y has rezado a San Antonio de Padua para que te ayude a encontrarlo? Si es así, no eres el único. San Antonio es conocido como el protector de los objetos perdidos y de las causas difíciles, y su intercesión es muy solicitada por los fieles católicos.

Pero, ¿quién fue San Antonio y cómo se ganó esta fama? En este artículo te contaremos un poco sobre su vida, sus milagros y su devoción popular.

San Antonio nació en Lisboa, Portugal, en el año 1195. Su nombre original era Fernando de Bulhões y pertenecía a una familia noble. Desde joven sintió el llamado a la vida religiosa y se hizo fraile agustino. Sin embargo, al conocer a los franciscanos, que predicaban el evangelio con pobreza y sencillez, se sintió atraído por su carisma y se unió a ellos. Cambió su nombre por Antonio y se dedicó a la predicación y la enseñanza de la teología.

San Antonio fue un gran misionero y viajó por varios países de Europa y África. Su elocuencia y su sabiduría le valieron el apodo de «Arca del Testamento» y el reconocimiento de la Iglesia. Se dice que realizó muchos milagros, como hacer hablar a un pez, multiplicar panes, curar enfermos y resucitar muertos.

Uno de los milagros más famosos que se le atribuyen es el de la recuperación de un libro que le habían robado. San Antonio tenía un libro de salmos donde anotaba sus comentarios teológicos. Un día, un novicio que abandonó la orden se llevó el libro consigo. San Antonio se puso muy triste y le pidió a Dios que le devolviera el libro. Al instante, el ladrón sintió remordimiento y volvió al convento a devolver el libro. Desde entonces, se empezó a invocar a San Antonio para encontrar objetos perdidos.

Otro milagro que le dio fama fue el de la mula que se arrodilló ante el Santísimo Sacramento. San Antonio estaba predicando en una ciudad donde había un hereje que negaba la presencia real de Cristo en la Eucaristía. El hereje le propuso un desafío: si su mula se arrodillaba ante una hostia consagrada, él creería en la doctrina católica. San Antonio aceptó el reto y se presentó con una hostia en la mano. El hereje trajo su mula, a la que había dejado sin comer durante tres días, y le puso enfrente un montón de heno. Para sorpresa de todos, la mula ignoró el heno y se arrodilló ante la hostia, dando testimonio de la fe católica.

Estos son solo algunos ejemplos de los muchos milagros que se cuentan de San Antonio. Su fama se extendió por todo el mundo y muchas personas acuden a él en busca de ayuda para resolver sus problemas. Se le considera el patrono de los objetos perdidos, pero también de las causas difíciles, de los pobres, de los viajeros, de las mujeres embarazadas, de los matrimonios y de muchas otras intenciones.

San Antonio murió en Padua, Italia, en el año 1231, a los 36 años de edad. Fue canonizado al año siguiente por el papa Gregorio IX, quien lo llamó «el santo de todo el mundo». Su fiesta se celebra el 13 de junio y es una ocasión para honrar su memoria y pedir su intercesión.

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