San Matías, Apóstol: El Elegido para Completar el Colegio Apostólico
San Matías es un apóstol poco mencionado en los Evangelios, pero su papel en la Iglesia primitiva fue fundamental. Elegido por los discípulos para ocupar el lugar de Judas Iscariote, se convirtió en un testigo fiel de la resurrección de Cristo y en un incansable predicador del Evangelio. Su vida nos enseña la importancia de la fidelidad, la humildad y la misión de llevar la Buena Nueva hasta los confines de la tierra.
¿Quién fue?
Matías, cuyo nombre en hebreo significa “don de Dios”, nació en Judea y fue discípulo de Jesús desde el comienzo de su ministerio. Aunque no fue uno de los Doce Apóstoles originales, sí fue testigo de la predicación de Cristo, de sus milagros, su muerte y, lo más importante, de su resurrección.
Tras la traición y muerte de Judas Iscariote, los apóstoles, guiados por San Pedro, consideraron necesario completar el número de los Doce, tal como lo había establecido Jesús.
La Elección de San Matías
El relato de su elección se encuentra en el libro de los Hechos de los Apóstoles (Hch 1,15-26). Pedro, al reunir a la comunidad cristiana (unas 120 personas), dijo:
«Conviene, pues, que uno de los que nos han acompañado todo el tiempo que el Señor Jesús vivió entre nosotros, comenzando desde el bautismo de Juan hasta el día en que fue llevado de entre nosotros, sea constituido testigo con nosotros de su resurrección.» (Hch 1,21-22)
Dos discípulos fueron propuestos: José Barsabás, llamado Justo, y Matías. Para tomar la decisión, oraron y echaron suertes, confiando en que Dios mismo guiaría la elección. La suerte recayó sobre Matías, quien fue contado entre los Doce Apóstoles, completando así el Colegio Apostólico.
Este acto nos enseña que la misión apostólica no es una ambición humana, sino un llamado divino. Matías no buscó ser apóstol, pero Dios lo eligió para este gran servicio.
El Ministerio y Martirio
Aunque los Evangelios no mencionan a San Matías después de su elección, la tradición nos dice que predicó el Evangelio en varias regiones. Algunas fuentes afirman que evangelizó en Judea, Cappadocia (actual Turquía) e incluso en Etiopía o Georgia.
Su predicación lo llevó a sufrir persecuciones. Se cree que fue martirizado por su fe, aunque existen diferentes relatos sobre su muerte:
- Una tradición dice que murió apedreado y luego decapitado en Jerusalén.
- Otra versión sugiere que fue crucificado.
Sus reliquias se veneran en la Basílica de Santa Justina en Padua, Italia, y algunas en la iglesia de San Matías en Tréveris, Alemania.
San Matías y su Significado Espiritual
San Matías nos deja enseñanzas valiosas para nuestra vida cristiana:
- Dios llama a quien Él quiere: Matías no se postuló para ser apóstol, pero Dios lo eligió. Del mismo modo, cada uno de nosotros tiene un papel en la Iglesia y en el mundo.
- Ser testigos de la resurrección: La misión de Matías fue anunciar la victoria de Cristo sobre la muerte. También nosotros estamos llamados a proclamar a Cristo vivo con nuestra vida y testimonio.
- La importancia de la perseverancia: Matías fue fiel a Jesús desde el principio, aun sin ser reconocido como apóstol al inicio. Su constancia fue premiada cuando Dios lo llamó a una misión mayor.
Por ello, San Matías es el patrono de quienes esperan pacientemente el llamado de Dios y de aquellos que buscan fortaleza en la fe.
Fiesta Litúrgica de San Matías
La Iglesia celebra la fiesta de San Matías el 14 de mayo, recordando su elección y su misión como apóstol. Su fiesta nos invita a reflexionar sobre la providencia divina y la importancia de la fidelidad en la vida cristiana.
Oración a San Matías, Apóstol
Oh glorioso San Matías, elegido por Dios para completar el número de los apóstoles,
tú que fuiste testigo de la resurrección del Señor y proclamaste su amor hasta dar la vida,
intercede por nosotros ante Dios, para que seamos fieles discípulos de Cristo.
Enséñanos a vivir con humildad, confiando en la voluntad divina.
Ayúdanos a permanecer firmes en la fe, aun en las pruebas y dificultades.
Que podamos ser testigos valientes del Evangelio en nuestro tiempo,
anunciando con nuestra vida la alegría de la resurrección.
Ruega por aquellos que buscan el propósito de su vida,
por quienes esperan pacientemente la respuesta de Dios,
y por todos los que han sido llamados a servir en la Iglesia.
San Matías, apóstol fiel y mártir del Señor,
ruega por nosotros, para que un día podamos gozar de la gloria eterna.
Amén.