San Pío de Pietrelcina: El Santo de los Estigmas y la Misericordia
San Pío de Pietrelcina, conocido como el Padre Pío, es uno de los santos más queridos del siglo XX. Sacerdote capuchino, místico y estigmatizado, dedicó su vida al servicio de Dios a través de la oración, la confesión y la dirección espiritual. Sus dones sobrenaturales, como la bilocación, la lectura de almas y los milagros, lo convirtieron en un testigo vivo del amor de Cristo.
Su festividad se celebra el 23 de septiembre, y su legado sigue inspirando a millones de fieles en todo el mundo.
Infancia y Vocación de San Pío
Francesco Forgione nació el 25 de mayo de 1887 en Pietrelcina, Italia, en una familia humilde y profundamente cristiana. Desde niño mostró una gran devoción y deseo de entregarse a Dios.
A los 15 años, ingresó en la Orden de los Frailes Menores Capuchinos y tomó el nombre de Fray Pío de Pietrelcina. Fue ordenado sacerdote en 1910, a los 23 años.
Debido a problemas de salud, pasó varios años en su pueblo natal, hasta que en 1916 fue enviado al convento de San Giovanni Rotondo, donde pasaría el resto de su vida.
Los Estigmas y los Dones Sobrenaturales
El 20 de septiembre de 1918, mientras oraba ante un crucifijo, el Padre Pío recibió los estigmas de la Pasión de Cristo en sus manos, pies y costado. Durante 50 años, llevó estas heridas visibles, acompañadas de intenso sufrimiento.
Además, poseía dones extraordinarios:
- Bilocación: Estaba presente en dos lugares al mismo tiempo.
- Lectura de almas: Conocía los pecados de quienes acudían a confesarse antes de que los dijeran.
- Sanaciones milagrosas: Muchos enfermos fueron curados por su intercesión.
- Combates espirituales: Sufría ataques del demonio, pero los enfrentaba con fe y oración.
Estos signos atrajeron a miles de personas, pero también generaron dudas y persecuciones dentro de la Iglesia. Sin embargo, su humildad y obediencia lo sostuvieron en medio de las pruebas.
Confesionario y Obras de Caridad
El confesionario fue el gran «altar» del Padre Pío. Pasaba hasta 16 horas al día confesando, guiando almas hacia la conversión.
Su amor a los enfermos lo llevó a fundar la Casa Sollievo della Sofferenza, un hospital moderno que sigue atendiendo a miles de personas.
Muerte y Canonización
El 23 de septiembre de 1968, el Padre Pío falleció a los 81 años, repitiendo sus últimas palabras:
«Jesús, María, los amo. En tus manos encomiendo mi espíritu.»
Fue canonizado en 2002 por San Juan Pablo II, quien había sido testigo de su santidad en vida.
Oración a San Pío de Pietrelcina
Oh glorioso San Pío de Pietrelcina,
sacerdote santo y humilde servidor de Dios,
tú que llevaste los estigmas de Cristo en tu cuerpo,
enséñanos a vivir con amor y entrega a su voluntad.
Intercede por nosotros en nuestras necesidades,
danos fortaleza en las pruebas
y ayúdanos a confiar en la infinita misericordia de Dios.
Oh Padre Pío, amigo de los enfermos y consuelo de los afligidos,
ruega por nosotros y guíanos en el camino de la santidad.
Amén.