San Damián de Molokai

San Damián de Molokai: El Apóstol de los Leprosos y Testigo del Amor de Cristo

San Damián de Molokai fue un misionero valiente que entregó su vida al servicio de los leprosos en la isla de Molokai, Hawái. Su historia es un testimonio del amor sin límites, la entrega total al prójimo y la confianza en Dios. En un mundo que marginaba a los enfermos de lepra, él vio en ellos el rostro de Cristo y se convirtió en su padre, hermano y amigo.

Vida de San Damián de Molokai

Infancia y Vocación Religiosa

Jozef De Veuster nació el 3 de enero de 1840 en Tremelo, Bélgica, en una familia profundamente cristiana. Desde joven, sintió el llamado a la vida religiosa y, a los 19 años, ingresó en la Congregación de los Sagrados Corazones de Jesús y María. Allí tomó el nombre de Damián, en honor a San Damián, mártir cristiano del siglo III.

Su deseo de servir en tierras de misión se hizo realidad cuando, en 1864, fue enviado a Hawái, donde fue ordenado sacerdote en la catedral de Nuestra Señora de la Paz, en Honolulu.

Misión en la Isla de Molokai

En el siglo XIX, la lepra (hoy conocida como enfermedad de Hansen) devastaba Hawái. Para evitar contagios, el gobierno estableció una colonia de aislamiento en Molokai, donde los enfermos eran enviados sin ayuda médica ni recursos. Abandonados, vivían en condiciones inhumanas, sumidos en la desesperación y la muerte.

En 1873, el obispo de Honolulu pidió sacerdotes voluntarios para atender espiritualmente a los leprosos. San Damián se ofreció sin dudarlo y viajó a Molokai, conmovido por el sufrimiento de aquellos a quienes el mundo rechazaba.

Desde el primer día, decidió vivir como uno de ellos. No solo les daba los sacramentos, sino que también construía casas, fabricaba ataúdes, cavaba tumbas y creaba una comunidad basada en el amor y la dignidad. Enseñaba catequesis, organizaba escuelas y promovía hábitos de higiene para mejorar la calidad de vida en la colonia.

Cada día repetía con amor: «Nosotros, los leprosos», identificándose completamente con su pueblo.

El Amor Llevado Hasta el Sacrificio

Después de años de entrega, en 1885, Damián descubrió que él mismo había contraído la lepra. En lugar de huir o lamentarse, aceptó su enfermedad como un signo de unión con Cristo crucificado. Con más fervor, siguió sirviendo hasta que su cuerpo ya no pudo más.

El 15 de abril de 1889, a los 49 años, murió en Molokai, rodeado por aquellos a quienes había amado como verdaderos hijos de Dios.

Canonización y Legado

San Damián de Molokai fue canonizado por el Papa Benedicto XVI el 11 de octubre de 2009. Su fiesta se celebra el 10 de mayo, día en que recordamos su entrega total a los más olvidados.

Hoy, su ejemplo sigue inspirando a médicos, misioneros y todos aquellos que sirven a los marginados del mundo. Su vida nos enseña que el verdadero amor cristiano no tiene límites ni condiciones.

Oración a San Damián de Molokai

Oh glorioso San Damián de Molokai,
misionero del amor y apóstol de los leprosos,
tú que dejaste todo por servir a los olvidados del mundo,
enséñanos a amar sin miedo y a entregar nuestra vida con generosidad.

Danos un corazón compasivo para ver en los enfermos y marginados
el rostro de Cristo sufriente.
Que, como tú, podamos vivir nuestra fe con valentía
y ser luz en medio de la oscuridad del dolor.

San Damián, protector de los enfermos y excluidos,
ruega por nosotros.
Amén.

Publicaciones Similares