San Miguel Arcángel, protector contra el mal y la negatividad

San Miguel Arcángel protector es uno de los seres más venerados y respetados en las tradiciones judía, cristiana e islámica. Su nombre significa «¿Quién como Dios?» y se le considera el jefe de los ejércitos celestiales, el defensor de los fieles y el vencedor de las fuerzas del mal.

Su figura aparece en las Sagradas Escrituras, donde se le describe como el ángel que expulsó a Lucifer y sus ángeles rebeldes del cielo, el que anunció el nacimiento de Isaac junto con Gabriel y Rafael, el que luchó contra el dragón en el Apocalipsis y el que pesará las almas en el Juicio Final.

San Miguel Arcángel es invocado como protector contra el mal y la negatividad, tanto física como espiritual. Su poderosa intercesión puede ayudarnos a vencer las tentaciones, los miedos, las dudas, las angustias y los enemigos. Su espada de luz simboliza la verdad, la justicia y la libertad.

La Iglesia Católica celebra su fiesta el 29 de septiembre, junto con los otros dos arcángeles mencionados en la Biblia: Gabriel y Rafael. También se le honra el 8 de mayo, fecha en que se conmemora su aparición sobre el monte Gargano, en Italia, en el siglo V.

San Miguel Arcángel es patrono de muchos lugares, instituciones y profesiones, entre ellos: policías, soldados, estudiantes, paracaidistas, Lucerna, Islas Azores, Buenos Aires, Tegucigalpa, San Miguel de Tucumán, San Miguel Arcángel de Escazú (Costa Rica), Torremolinos y la abadía del Monte Saint-Michel.

Para acercarnos a San Miguel Arcángel y pedir su protección, podemos rezar la oración que le compuso el papa León XIII:

San Miguel Arcángel,
defiéndenos en la lucha.
Sé nuestro amparo
contra la perversidad y asechanzas
del demonio.
Que Dios manifieste sobre él su poder,
es nuestra humilde súplica.
Y tú, oh Príncipe de la Milicia Celestial,
con el poder que Dios te ha conferido,
arroja al infierno a Satanás,
y a los demás espíritus malignos
que vagan por el mundo
para la perdición de las almas.
Amén.